EL ABC DE LA TRAUMATOLOGIA EN FELINOS, SU RESPUESTA A LA CIRUGIA OSTEOARTICULAR – MV. Salvador Gabriel Benincasa
EL ABC DE LA TRAUMATOLOGIA EN FELINOS, SU RESPUESTA A LA CIRUGIA OSTEOARTICULAR
MV. Salvador Gabriel Benincasa Paul Groussac 5466 CABA surgbenincasa@fibertel.com.ar / benincasa.gabriel@gmail.com
XIV CONGRESO NACIONAL DE AVEACA – XI CONGRESO FIAVAC Bs. As. 11 y 12 de Setiembre de 2014 Asociación de Veterinarios Especializados en Animales de Compañía de Argentina
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El aumento de la población felina en las ciudades desarrollo paralelamente las prácticas de diagnóstico y tratamiento incrementado el conocimiento y manejo de las condiciones ortopédicas que afectan a esta especie. Debido a su conducta territorial, tendencia a deambular e instinto cazador, a diferencia de los perros, la mayoría de las consultas traumatológicas en la práctica diaria tienen un origen traumático como caídas de altura, accidentes por auto y mordeduras. Las rengueras de origen incierto son menos frecuentes pero más desafiantes en su diagnóstico, debido a la falta de casuística y sintomatología específica de cada condición. Los estudios reportan que el 90% de los gatos de doce años presentan algún grado de osteoartritis en los exámenes radiográficos, pero solo el 33% de ellos tienen manifestaciones clínicas, esto indica que pueden compensar mejor el dolor y los déficit funcionales por enfermedad articular leve, que los perros en iguales condiciones, probablemente debido a su elasticidad, agilidad y menor peso corporal. El dicho conocido como `si dos fragmentos de hueso de un gato son puestos dentro de una habitación se curara` no es tan cierto. No siempre se requiere de una fijación rígida, pero la dimensión de los huesos y el tipo de fractura, puede requerir resoluciones quirúrgicas delicadas y precisas, siendo necesario utilizar implantes adecuados, diferentes a los usados en los caninos. Los gatos no son perros pequeños ya que pertenecen a una especie que responde muy diferente al trauma, enfermedades, cirugía y medicación suministrada. Presentan dificultades en la internación, su manejo semiológico, cateterización, intubación endotraqueal, predisponiéndolos al stress y a la sobredosificación/ sobreanestesia. En los casos de shock la triada que los caracteriza es la hipotensión- bradicardia – hipotermia, de rápido desarrollo y fatales consecuencias. Es de fundamental importancia un correcto manejo analgésico, el trauma generalizado de tejidos blandos, la pérdida de sangre, infección, lesiones del SNC, torácico y/o cardiovascular, ya que la transición de un estado de aparente estabilidad a un estado de inestabilidad critico es muy repentino y de escasa sintomatología clínica. Por lo expuesto es prioritario estabilizar al paciente para luego centrarse en su lesión traumatológica única o múltiple en algunos casos. La escasa masa en relación a la superficie corporal hace q la transferencia de energía durante el trauma contuso sea mayor, la fuerza a aplicar y la energía cinética transmitida a los tejidos es directamente proporcional a la velocidad más que a la masa del objeto. La clave para que el paciente colabore con el examen clínico es abordarlo con calma y paciencia, realizando maniobras suaves, evitando zonas de evidente incomodidad o dejándolas para el final del mismo. Dicho examen consta de la historia, anamnesis, semiología general, ortopédica y neurológica. Evaluamos la marcha, palpación en estación y de cada lado músculos huesos y articulaciones. Las claudicaciones pueden ser de: Grado I: No visible o sutiles en la marcha (eleva el miembro anterior en estación o sentado), imposibilidad o renuencia al salto en miembros posteriores. Grado II: Renguera claramente visible, pudiendo apoyar en algunos pasos, sin cargar totalmente el peso. Grado III: Prácticamente no apoya el miembro afectado. Si existe incapacidad para pararse o caminar, pueden tener más de un miembro afectado, fracturas pélvicas múltiples o lesiones espinales, como luxaciones y/o fracturas vertebrales. Siempre que suceda esto descartar afección neurológica concomitante. En miembros posteriores si es bilateral están inactivos, no saltan y tienen marchas anormales o un caminar agachado. Sobre la camilla revisar el miembro de distal a proximal, palpando músculos, huesos, efectuar movimientos articulares normales y forzados buscando asimetrías, cambios térmicos, fluctuación, crepitación, dolor y/o inestabilidad.
Las articulaciones del gato son más elásticas que las del perro, y algunas capacidades como la mayor pronación y supinación del miembro anterior no deben ser mal interpretadas. Es útil efectuar maniobras comparativas del miembro opuesto. Las patologías más frecuentes son: La Enfermedad Articular Degenerativa, Displasia de Cadera, Luxación Patelar, Ruptura de Ligamento Cruzado Anterior, Osteoartrosis de Codo y Enfermedad de Columna Lumbosacra. No descartando patologías congénitas del desarrollo y neoplásicas. También existen afecciones nutricionales que comprometen el sistema osteoarticular, como el Hiperparatiroidismo secundario y la Hipervitaminosis A. Por último el examen neurológico incluye: el análisis de la postura y la marcha, el estado de la consciencia, los pares craneanos, la propiocepción, los reflejos espinales y la sensibilidad superficial y profunda; evitando en primera instancia la sedación del paciente.